lunes, 5 de abril de 2010

Felicidades... "Gran Via."



La principal calle de Madrid hoy cumple 100 bonitos años, la estrella de la capital y popularísima calle Gran Vía, hoy ya es centenaria y con una historia en sus aceras que ninguna de las calles españolas podrán llegar a tener nunca.

Si Madrid, (por no decir España entera), tiene una calle emblemática llena de vida e historia, no puede ser otra que esa Gran Vía por la que fluye la sangre de todo Madrid y los madrileños, una calle que por si sola llena todo el centro de la capital de España y le da esa alegria que tanto gusta a propios y extraños.


Ya desde mediados del siglo XIX se venía pensando en la apertura de una vía que comunicara el noroeste y el centro de la ciudad y facilitara el tránsito por el entramado de callejuelas que conformaban el centro histórico de la ciudad, abriéndolas así hacia el ensanche proyectado por Carlos María de Castro. En 1862, tras la reforma de la Puerta del Sol realizada cinco años antes y la posterior prolongación de la calle Preciados hasta la zona de la actual plaza de Callao, la Junta Consultiva de Policía y Ornato del Ayuntamiento elaboró un primer proyecto consistente en la prolongación de la citada calle hasta la plaza de San Marcial, donde actualmente se encuentra la Plaza de España, para lo que, entre 1862 y 1868 se crea la plaza de Callao. El plan, para el que se expropiaron más de 30 solares y que contemplaba la creación de una vía de 13 metros de ancho, no llegó a realizarse.
El 3 de marzo de 1886 se aprobó el Proyecto de prolongación de la calle Preciados, describiendo una gran avenida transversal este-oeste entre la calle de Alcalá y la plaza de San Marcial, obra del arquitecto Carlos Velasco, que ofrecía tres alternativas para unir la calle de Alcalá, desde la iglesia de San José, con la actual plaza de España. El proyecto presentaba una avenida de 25 ó 30 metros de ancho con glorietas en los cruces con las calles más importantes. Este proyecto fue el origen de la zarzuela La Gran Vía, con música de Federico Chueca y libreto de Felipe Pérez y González. La obra, estrenada el 2 de julio de ese mismo año y que cosechó un gran éxito, recoge el sentir popular sobre la transformación que suponía la construcción de la nueva vía. El proyecto tampoco se llevó a cabo por la oposición los vecinos, la falta de presupuesto y la muerte de Velasco en 1888. Como dato curioso, aunque ya presente en otras calles similares de ciudades europeas, se puede señalar que Velasco propuso pavimentar la calzada con madera.

En 1897 los arquitectos municipales José López Sallaberry y Francisco Octavio Palacios fueron encargados de hacer un nuevo proyecto y en 1899 presentaron su Proyecto de reforma de prolongación de la calle de Preciados y enlace de la plaza del Callao con la calle de Alcalá. Los herederos de Velasco les acusaron de copiar el proyecto de éste, pero la acusación fue desestimada, aprobándose el nuevo plan el 2 de julio de 1901. En él se proponía la realización de la obra dividiéndola en tres tramos: Avenida A (534 metros), desde la plaza de san Marcial (actual calle de los Reyes) hasta la de Callao; el Bulevar (409 metros), desde Callao hasta la Red de San Luis y Avenida B (417 metros), desde la Red de San Luis hasta la calle de Alcalá. La longitud total sería de 1.316 metros y el ancho de 25 metros, salvo el bulevar que tendría 35 metros.

Comenzaba así la que se convertiría en una de las mayores intervenciones urbanísticas del Madrid de la época. Con ella se lograría, según constaba en el proyecto, la comunicación directa entre los barrios de Argüelles y Salamanca; la descongestión de la Puerta del Sol; la desaparición de todo un cúmulo de calles estrechas y antihigiénicas y un más cómodo enlace entre las estaciones de Atocha y Príncipe Pío. Aunque el proyecto de obras fue aprobado el 21 de agosto de 1904, los trabajos no comenzaron de inmediato debido a la oposición de los vecinos y comerciantes de la zona y a las dificultades financieras. En tres subastas sucesivas de obras, en 1905, 1906 y 1908, no hubo ningún postor, hasta que en 1909 se adjudicaron al banquero francés Martín Albert Silver por 29 millones de pesetas, firmándose la escritura el 19 de febrero de 1910 por el alcalde de la ciudad, José Francos Rodríguez.


Las obras comenzaron por fin el 4 de abril de 1910 (después de unos largos años pensando en como hacerla), con la presencia del alcalde, el presidente del gobierno, José Canalejas, y la familia real encabezada por el rey Alfonso XIII, lo cual da idea de la importancia que se dio a la obra en su época. La familia real se acomodó en una tribuna situada junto a la «Casa del Ataúd» (donde hoy está el Edificio Metrópolis) y adornada con tapices de la serie de la historia de Absalón de la Real Fábrica de Tapices. Además del rey, asistieron la Reina Madre, María Cristina, las infantas Isabel y María Teresa y el príncipe Adalberto de Baviera. También se dispusieron otras dos tribunas, una para miembros del Ayuntamiento y otra para el Cuerpo Diplomático, ambas adornadas con tapices de la serie de los Faetones.
A las once de la mañana llegó el rey acompañado de su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg y, tras escuchar la Marcha Real y los discursos del alcalde y del presidente, descendió de la tribuna real, se dirigió a la casa del cura, anexa a la iglesia de San José, y comenzó su demolición con una piqueta de plata que le entregó Martín Silver. Los obreros comenzaron inmediatamente a trabajar. El primero de ellos se llamaba Álvaro Guadaño.

El proyecto de construcción contemplaba la demolición de gran cantidad de caserío, incluyendo varias iglesias, y la desaparición o transformación de numerosas calles. El área afectada sería de 142.647,03 m², que incluían 358 fincas y 48 calles, construyéndose 32 manzanas nuevas. Según los datos conservados, se demolieron 312 casas, se nivelaron 44 lotes de terreno, se desenlosaron 8.856 metros de aceras y se deshicieron 26.365 m² de empedrado y adoquinado y se quitaron 14.335 metros de cañerías de agua y de gas y 274 farolas. Para ello se transportaron y nivelaron 61.799 metros cúbicos de escombros y 31.997 de terraplenes. Posteriormente se enlosaron 18.777 m² de acera, se adoquinaron con granito 35.616 m² y se asfaltaron 11.373 m²; se construyeron 2.502 metros de alcantarillas y se canalizaron 1.315 metros para acometidas de agua, gas y electricidad, así como 7.024 metros de tubo de plomo. También se instalaron 174 sumideros de incendios y tomas de agua, 219 farolas a gas y 66 lámparas con candelabros.

A lo largo de su historia, la Gran Vía ha tenido diversos nombres oficiales, y también otros populares. En un primer momento, como ya se ha dicho, su construcción se dividió en tres tramos, que fueron dedicados a sendos personajes relevantes de la época. La Avenida A se llamó calle Eduardo Dato; el Bulevar, avenida de Pi y Margall y la Avenida B, calle del Conde de Peñalver.
Tres meses antes de comenzar la Guerra Civil, en 1936, los dos primeros tramos pasaron a denominarse Avenida de la CNT. Ya en tiempos de la Guerra, serían conocidos como Avenida de Rusia. Este nombre volvería a cambiarse en noviembre de 1937 por el de Avenida de la Unión Soviética, colocándose una placa conmemorativa de piedra con los escudos de la II República Española y la Unión Soviética y el texto "Homenaje de los amigos de la URSS".
Durante este período también tuvo otros nombres populares como Avenida de los obuses o, la zona del bulevar, Avenida del quince y medio, en referencia a los proyectiles que el ejército franquista lanzaba sobre los pisos superiores del edificio de la Telefónica, que era usado como observatorio militar. En 1937 el tramo llamado Eduardo Dato recibió el nombre de avenida de México.
Al finalizar la Guerra Civil en 1939, con la victoria franquista y su entrada en Madrid, la calle pasó a llamarse desde el 24 de abril Avenida de José Antonio, en homenaje a José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española. También se denominó de igual forma la estación de metro de Gran Vía. Pese al nombre impuesto por el régimen, muchas personas continuaron llamándola Gran Vía.
En 1981, durante la Transición Española y siendo alcalde de Madrid el socialista Enrique Tierno Galván, el Ayuntamiento cambió el nombre de veintisiete calles, entre ellas el de la Avenida de José Antonio, que desde entonces se denomina simplemente Gran Vía.

Felicidades Gran Via, y que cumplas muchos mas.


Joseblog-2puntocero. … “un Navegante Perdido en la red.”

No hay comentarios: