Hispano Suiza, una joya del motor.

Hoy en pleno siglo XXI, cuando la industria española del automóvil prácticamente no tiene ninguna fabrica nacional y se limita a producir únicamente automóviles de marcas extranjeras, recordaré esa vieja época cuando España tenia su industria automovilística propia que permitió fabricar el que se puede considerar mejor automóvil de su tiempo y que su avanzada tecnología fue la base de la llegada de los automóviles modernos que tenemos en la actualidad.


Todo esto ocurrió paradójicamente a partir del año 1904, cuando España era un país pobre y atrasado con una industria obsoleta casi inexistente, pero que de la forma mas sorprendente creo esta joya y autentica maravilla mecánica, que fue la envidia de las grandes marcas automovilísticas mundiales.


Resulta curioso que en estas situación de pais pobre y atrasado se creara esta puntera fabrica automovilistica del motor, que producia joyas como estas, que ademas de destacar por su lujosa belleza, superaban todos los records de velocidad en estos años, gracias a su innovadora tecnología .


La empresa española de automóviles de lujo, competidor directo de Rolls Royce, Mercedes-Benz, Duesenberg y Bugatti, tuvo como creador a Marc Birkigt, ingeniero suizo, que en los primeros años del siglo XX estaba buscando recursos para fabricar autos. Luego de fracasar en el proyecto La Cuadra en 1901, se unió al empresario catalán Damián Mateu. Luego de expuesto el proyecto, en 1904 se crea en la ciudad de Barcelona la Hispano-Suiza Fábrica de Automóviles S.A.

Los primeros años de la marca fueron auspiciosos, ya que en 1907 uno de estos autos recorrió Francia de sur a norte en apenas 22 horas, una proeza para la época. Como casi todos los fabricantes que buscaban la fama, tuvieron en las competencias de autos su principal forma de publicidad. En 1910, se habían adueñado de varios trofeos, entre ellos, la Copa del Auto francesa usando un Alfonso XIII, el mejor Hispano-Suiza antes de estallarse la Primera Guerra Mundial.

En 1911, la marca abre un brazo en Francia, formándose la Société Française Hispano-Suiza. La guerra obligó a todos los paises participantes a cambiar sus productos de consumo por los bélicos, y esta nueva sede no fue la excepción. A partir de entonces, Hispano-Suiza se dedicaría a la construcción de motores de avión, con tremendo éxito. Si el Barón Rojo era para los alemanes, el capitán francés Georges Guynemer significaba lo mismo para los suyos, y al usar un motor hispano significaba más fama para esta empresa. Al concluise la contienda, el símbolo del avión de Guynemer (una cigüeña) fue adoptado también como el logo de Hispano-Suiza.

Los años 20 y 30 fueron los de máximos esplendor de la marca, saliendo maravillas mecánicas como el H6, que se convirtió el rival directo del Rolls Royce "Silver Ghost". Aunque su historia con la marca Bugatti sean paralelas, no fue la Segunda Guerra Mundial quien detuvo su avance, sino la Guerra Civil. Para 1936, la producción estaba prácticamente paralizada, en una situación anárquica donde hacer empresa era imposible. La marca estaba destinada a morir.

Concluida la guerra, el gobierno español empezó una serie de acciones con el fin de reflotar la industria automotriz española. Con Hispano-Suiza quebrada, la ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones S.A.) se encargaría de ésta y empezó a fabricar camiones con su nombre. Más adelante, la orientación se cambió a la construcción de prototipos de nombre Pegaso. Durante muchos años Hispano-Suiza en si misma ya no existía, pero hace poco tiempo el grupo Mazel Ingenieros la resucitó y en este momento estamos siendo testigos de la segunda parte de esta historia, que esperamos sea mucho más duradera que la primera.


Los años pasaron y hoy en día los automóviles Hispano-Suiza son cotizadas piezas de colección que dejaron de producirse hace más de 60 años. Aun así continúan siendo coches de lujo al alcance de unos pocos, que siguen levantando la admiración de simpatizantes y público en general.

En la actualidad la Hispano-Suiza española forma parte del Grupo Peralada, que si bien no fabrica ningún producto, la sociedad "La Hispano-Suiza, Fábrica de Automóviles, S. A.", continúa activa manteniendo la propiedad de las marcas y emblemas de la misma, en espera de un tiempo mejor en el que fabricar maravillosos proyectos como este.




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