lunes, 22 de marzo de 2010

La semana pasada me pasé por "La Mola."




Esta semana pasada como precisamente el día 19 era mi santo, este Navegante Perdido, que se llama José, decidió para celébrarlo irse a navegar acompañado de alguien muy especial para el, por una preciosa isla del Mediterráneo llamada Menorca.

Pasé en la isla toda la semana, pero el día de mi santo, decidí ir a celebrarlo como se merece, y que mejor que ir a su capital Mahon, con ese puerto considerado por todos, el puerto natural más grande existente. Un precioso paisaje dominado por esa gran lengua de mar metida en tierra, rodeada de bonitas casas blancas y maravillosas embarcaciones de todos los tamaños y clases.


Después de ver y disfrutar Mahon no pude resistirme a cruzar su puerto para adentrarme en esa inmensa fortaleza que domina su bocana, y que a lo largo de su historia siempre fue la encargada de defender las posibles invasiones a la isla. Esta fortaleza es la conocida por todos los menorquines como “La Mola”.


“Fortaleza de La Mola”

" La fortaleza de Isabel II se construyó entre 1848 y 1875 después de una fuerte presión británica, quienes amenazaban con volver a la isla para utilizarla como una base en su defensa contra los franceses. Estos dos países se disputaban el control naval del Mediterráneo.

Las aguas mediterráneas nunca habían estado tranquilas desde el final de las Guerras Napoleónicas en 1815, y desde entonces el cruce de las rutas marítimas, entre franceses y británicos, causaba mucha tensión, especialmente después del establecimiento de los franceses en Argel en 1830.

Antes de acabar su construcción la fortaleza quedó anticuada. En los años 1860 hubo una importante evolución en la tecnología artillera. En vez de los anticuados cañones de avancarga (por la boca de fuego), se empezaron a diseñar potentes piezas de artillería de retrocarga (por la culata), que tenían el anima estriada (interior de tubo rayado) estabilizando los proyectiles y aumentando su precisión.

Esto significó que hubo que replantear el sistema defensivo de la isla. En vez de artillar todos los asentamientos para cañones dentro de la fortaleza, se inició una segunda fase de desarrollo (1896); instalando una serie de baterías costeras ajenas de la fortificación amurallada. Estas baterías defendían las costas de Menorca desde una distancia remota, con sus potentes proyectiles eran capaces de detener toda clase de buques invasores."


Después de ver esta impresionante obra española, interesantísima tanto en su aspecto histórico, arquitectónico como paisajístico y admirarla plenamente, decidí darme un homenaje pues la mañana había sido movidita y las ganas de comer eran alarmantes. Así que no pude mas que coger el coche que tenia en el aparcamiento de “La Mola” y dirigirme a ese bello puerto marinero de Fornell, famoso además de por su belleza, por esas Paellas y Calderetas de marisco que resucitan a cualquier viajero de la isla.

Y como era San José y ese es mi santo, para celebrarlo que mejor que comerse una espectacular y riquísima paella de marisco recien pescado, al borde del mar Mediterraneo, con esa persona especial para mí, que me acompaño a esta preciosa isla de Menorca.


Joseblog-2puntocero. … “un Navegante Perdido en la red.”

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